Todos nosotros, en mayor o menor medida, podemos experimentar sentimientos de culpabilidad ante determinadas circunstancias.
El sentimiento de culpa es sano y funcional si se sabe gestionar correctamente, ya que nos ayuda a reparar el daño provocado y, además, constituye el primer paso para evitar que la misma situación se vuelva a repetir en un futuro.
Sin embargo, existen algunos trastornos psicológicos en los que este sentimiento de culpa se puede presentar de manera muy intensa hasta llegar a incapacitar a la persona. Uno de estos trastornos es la depresión.
El sujeto con depresión se siente triste, agotado y sin ganas de realizar aquellas actividades que tanto le motivaban en el pasado. Si a esto se le suman unos sentimientos de culpa intensos, que se vuelven persistentes a medida que pasan los días, el cóctel puede llegar a ser catastrófico.
En la depresión, los sentimientos de culpa por pequeños errores del pasado suelen ir acompañados de la percepción de inutilidad. De hecho, la persona puede estar mucho tiempo observándose y estableciendo un diálogo interior en el que se infravalora enormemente por aspectos que los individuos sanos pasarían por alto.
Y es que interpreta acontecimientos cuotidianos, que son totalmente neutros, como pruebas que confirman sus defectos personales.
Por ejemplo, algunos de los pensamientos negativos que se pueden presentar son del tipo: “soy una mala persona”, “no valgo nada” o “merezco sufrir de esta manera”.
Muchas veces, la persona con depresión también se siente responsable de adversidades que, en realidad, son provocadas por otros sujetos o circunstancias. Este sentido de la responsabilidad puede tomar forma de delirio. Sería el caso de aquel individuo que está convencido, a pesar de ser totalmente falso, de que él es el culpable de todas las desgracias que ocurren a su alrededor.
Además, muy frecuentemente aparece la culpa por el simple hecho de estar enfermo y no verse capaz de asumir las responsabilidades del día a día (cuidar de los hijos, ser competente en el trabajo, apoyar a la pareja en sus problemas, etc.).
En relación a este último punto, y para ayudar a que la persona con depresión no se sienta todavía más culpable, es importante que las personas de su entorno eviten hacer comentarios del tipo: “tendrías que poner un poco más de tu parte para ponerte bien” o “no tiene sentido que estés triste… ¡si lo tienes todo para ser feliz!”.
Absurdo pedirle que ponga voluntad a alguien que está abúlico, bloqueado, sin esperanzas. Absurdo intentar que mejore el ánimo de alguien abatido con estúpidas frases de póster.
La mayoría no sabe qué es la depresión, creen que es un bajón momentáneo.
Creo que esta entrada merece una segunda parte. ¿Cuales son tus consejos para acompañar a un depresivo?
Entre mis variados intentos para salir de la depresión, me ayudaron 2 consejos que me dieron un médico y una médica: «Da el primer paso con algo que te resulte sencillo para romper el círculo», «A la mañana cuando te levantes, haz la cama, abre las ventanas y sal a caminar un rato». Puede sonar tonto para alguien que no está deprimido, pero no lo es para quien se ha pasado 2 semanas casi todo el tiempo en la cama.
Muchas gracias, HLjorge por tu comentario, pues le da todo el sentido al post. Es muy duro sufrir depresión y que no te entiendan.
La «segunda parte» que comentas la escribí hace mucho tiempo. Si te apetece leerla, aquí tienes el link: https://amaltiempobuenapsique.com/2014/02/25/como-puedo-ayudar-a-un-familiar-o-amigo-con-depresion/
Saludos
Reblogueó esto en En la diversidady comentado:
¿Cómo puedo ayudar a un familiar o amigo con depresión?
Marta Comadran
Psicóloga (itinerario Psicología Clínica y de la Salud) y Bióloga Sanitaria. Consulta privada de terapia y apoyo psicológico en Mollet del Vallés (muy cerca de Barcelona). También servicio online, en http://www.martacomadran.com