Os invito encarecidamente a descubrir al ilustrador argentino que se hace llamar Matías Almargen, a través de un vídeo que recopila parte de su magnífica, dura y crítica obra. Ésta invita a hacer una reflexión cruda y profunda sobre la psicología del ser humano y la sociedad en la que estamos inmersos.
En la página de facebook de Al Margen, uno de los portales donde el ilustrador expone sus creaciones, Matías Almargen explica el porqué de sus idiosincrásicas obras de arte:
“Hay dibujos que nacen al margen.
Nacen casi sin querer. Nacen al costado, afuera de lo importante. Nacen para no agradar ni ser vistos. Nacen para no ser terminados. Conviven con tachaduras y ni siquiera merecen el esfuerzo de ser borrados.
Son hijos del aburrimiento, del inconformismo o del enojo. Son los hijos indeseados del lápiz. Son solo bocetos de algo que podría haber sido mejor, pero fueron abandonados. Son una promesa incumplida, un proyecto trunco. Son la representación de ideas descartadas. Son la basura del subconciente.
Pero son más viscerales y sinceros que otros dibujos porque no tienen la obligación de agradar. Porque nacieron para no ser vistos. Porque nacieron sin estética. Porque nacieron solo por un impulso y nada más. Porque nacieron para molestar, ya que muestran lo imperfecto.
Pero no les importa.
Y no les importa porque viven al margen.”
A pesar de que se trata de dibujos grises que sacuden nuestras plácidas emociones y, como comenta Matías Almargen, “nacen para no agradar ni ser vistos”, opino que deben exponerse sin tapujos para dar voz a aquellas personas que no se ven capaces de gritar “¡basta ya!” o “¡no puedo más!”.