Si tiendes a depender de tu pareja es muy probable que tengas la autoestima muy baja. Es importante que trabajes la autoaceptación, valorándote más por ti mismo, con tus virtudes y tus defectos. Busca tus fortalezas y poténcialas.
Puede ayudarte el pensar que si haces que tu satisfacción vital dependa de tu pareja, es probable que ésta sienta que el compromiso es una cárcel, de manera que las “estrategias” que, muchas veces sin darte cuenta, utilizas para mantenerla a tu lado se pueden volver en tu contra de la noche a la mañana.
Para llegar a convencerte de que puedes autorrealizarte con el soporte de tu pareja pero sin necesitarla, a parte de tener proyectos de vida en común con ella, busca incentivos y proyectos que puedas realizar individualmente o con otras personas. Es decir, se trata de buscar actividades que, aunque no las hagas con tu pareja, te motiven y te den gratificaciones. Hazlo de manera progresiva y gradual, sin presionarte demasiado por hacerlo bien: date tiempo. Es muy probable que al principio te cueste, pero verás como el esfuerzo y la constancia valen la pena. Al sentirte bien haciendo cosas por tu cuenta, tu creencia de la necesidad del otro empezará a cambiar.
Sin embargo, puede pasar que continúes sintiéndote enganchado a tu pareja, a pesar de las ganas de ser más independiente y de los intentos de seguir tus propios proyectos. Sin quererlo, te ves realizando todas las actividades que te habías marcado sin quitártela de la cabeza, sintiendo la necesidad de estar con ella o pensando que te gustaría saber dónde está, con quién está, que está haciendo…. Si te cuesta adquirir seguridad personal y ves que tu dependencia interfiere en tu vida dándote un fuerte malestar, siempre puedes contar con un profesional que te ayude mediante una intervención adaptada a tu caso particular.
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